Las flores y coronas funerarias expresan nuestros sentimientos
Desde los tiempos más remotos, el ser humano encuentra en las flores la más sublime forma de expresar sus sentimientos. Las flores son efímeras y nos invitan a reflexionar sobre el paso del tiempo. Ante el inevitable duelo por la pérdida de un ser querido, una bella corona funeraria o un adecuado centro de flores naturales se nos presentan como una oportunidad para expresar el respeto, el amor o el desamparo y dolor que podamos sentir.
Las coronas funerarias son redondas pues el círculo no tiene ni principio ni final y con ellas mostramos la convicción o el deseo de que la vida continúe. Es el símbolo de la perfección y de lo absoluto; de lo eterno y los creyentes ven en él a Dios.
Los centros funerarios o unos arreglos de flores para tanatorio además de aportar belleza natural y ornamento a la estancia son una invitación o camino hacia la armonía y ayudan a familiares y amigos a entender y aceptar la pérdida de su ser querido. Se suelen situar cerca o sobre el féretro, lo que denota la cercanía de nuestra presencia y la sinceridad y relevancia de nuestro dolor.
Los aromas y fragancias que desprenden las flores alivian las tensiones del cuerpo y la ansiedad de la mente de una manera portentosa. Nos ayudan a encontrar la serenidad que necesitamos en tan trascendentales momentos.
El color de las flores
– Blanco: representa la pureza y por tanto transmite paz y armonía.
– Rojo: se relaciona con el amor y además con la rabia y la frustración por la pérdida.
– Rosa: denotan amistad y la ausencia de rencores.
– Amarillo: el color del sol que nos aporta fuerza y valor.
La belleza de las flores, su fugaz esplendor y su virtud nos otorgan una vía para comunicar con nuestros seres más queridos.
Comentarios recientes